Prefacio a Algunos poetas imaginistas (1915), de Amy Lowell (una traducción)

DesImagistes

En Marzo de 1914 apareció un volumen titulado Des Imagistes, una selección de la obra de varios poetas jóvenes, presentados como escuela poética. Esta escuela ha sido ampliamente estudiada por los interesados en los nuevos movimientos artísticos, hasta convertirse en lugar común. Las diferencias de gusto y juicio, sin embargo, han surgido entre los colaboradores de ese libro; tendencias crecientes les están obligando a tomar diferentes caminos[i]. Por lo tanto, algunos de nosotros, cuyo trabajo aparece en aquel volumen, hemos decidido publicar una colección con nuevo título. Además, se nos han sumado dos o tres poetas que no formaron parte del primer volumen, lo que provoca un alcance más amplio y renovado.

En este nuevo libro hemos seguido una pauta ligeramente diferente a la de la antigua antología. En vez de una selección arbitraria hecha por un editor, a cada poeta antologado se le ha permitido que escoja por sí mismo sus mejores poemas, con la sola condición de que ninguno de ellos se hubiera publicado en forma de libro. Una especie de comité informal —constituido por más de la mitad de los autores aquí representados— ha organizado el libro y ha decidido lo que se tenía que incluir u omitir. Pero, como regla general, a los poetas se les ha dado una libertad casi absoluta, con la única excepción de los límites de extensión. Además, para evitar cualquier apariencia de privilegio, se han puesto a los autores en orden alfabético. Como se ha sugerido que gran parte de los malentendidos de la antología anterior se debieron al hecho de que no nos explicamos a nosotros mismos en un prefacio, ahora hemos considerado oportuno decirle a los lectores cuáles son nuestros objetivos, y por qué nos hemos agrupado en torno a un conjunto de líneas directrices.

Los poetas de este volumen no representan una camarilla. Algunos ni se conocen entre si, pero con independencia de ello están unidos por ciertos principios comunes. Principios que no son nuevos, y que aunque han caído en desuso, son los elementos esenciales de toda gran poesía; de hecho, de toda la gran literatura, y que son simplemente los siguientes:

  1. Usar el lenguaje del habla común, pero empleando siempre la palabra exacta, no la casi-exacta, ni la meramente decorativa.
  2. Crear nuevos ritmos —que expresen nuevos estados de ánimo—, y no copiar ritmos gastados, que sólo se hacen eco de rancios estados de ánimo. No insistimos en el “verso libre” como único método para escribir poesía. Pero sí luchamos por él como principio de libertad. Creemos que la individualidad de un poeta a menudo puede expresarse mejor en verso libre que mediante formas convencionales. En poesía, una nueva cadencia significa una nueva idea.
  3. Permitir libertad absoluta en la elección del tema. No tiene porqué ser malo el arte que escribe de aviones y automóviles; ni es necesariamente malo el arte que escribe invocando el pasado. Creemos apasionadamente en el valor artístico de la vida moderna, pero queremos señalar que no hay nada tan aburrido ni tan anticuado como un avión de 1911.
  4. Presentar una imagen (de ahí el nombre: “Imaginismo”). No somos una escuela de pintores, pero creemos que la poesía debe ser exacta en sus particularidades y no caer en vagas generalidades, por más que sean magníficas y sonoras. Es por ello que nos oponemos al poeta cósmico, de quien pensamos que elude las difultades reales del arte.
  5. Producir poesía que sea dura y clara, jamás confusa o indefinida.
  6. Por último, la mayoría de nosotros creemos que la tensión es la esencia misma de la poesía. El tema del verso libre es demasiado complicado para discutirlo aquí. Aunque de manera breve podríamos decir que asignamos dicho término a todo lo que entrañe una escritura cuya cadencia sea más marcada, más definida y más cercana que la de la prosa, pero ni tan violenta ni tan obviamente acentuada como la de los llamados “verso regulares”. A los interesados en el tema, les recomendamos que estudien los líricos griegos, y los muchos y excelentes estudios de autores franceses, todos eruditos y distinguidos como Remy de Gourmont, Gustave Hahn, Georges Duhamel, Charles Vildrac, Henri Ghéon, Robert de Souze, André Spire, etcétera.

Queremos que se entienda por lo claro que no representamos una exclusiva secta de poetas; publicamos juntos nuestro trabajo debido a un mutuo interés artístico, y nos proponemos de manera cooperativa publicar un volumen anual durante unos pocos años, hasta que hayamos construido un espacio para nosotros y nuestras ideas como deseamos.

 

 

[i] Entre los poetas que se distanciaron de esa primera Antología de los imaginistas (o “imagistas”, según la traducción), estuvo Ezra Pound, quien luego de su aventura parisina se trasladó a Italia donde abrazaría, entre otros, los ideales de vorticismo.

 

 

[Traducción de Pablo De Cuba Soria]

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